Lo mejor del sindrome Post Vacacional, es lo que ello significa. Que ahora estés con depresión, ojeras, nostalgia...etc... quiere decir que durante las vacaciones te lo has pasado de PUTA MADRE! así que en realidad... de que quejarnos???
Creo que ese es mi caso...
Me he pasado las vacaciones más perras, relajadas y divertidas de hace años.
Ahora, además del sindrome antes mencionado, tambien tengo empacho. No puedo ni comer, ni ver comida ni pensar en comida ni que me la nombren. Si... yo, la zampabollos por excelencia! se ha caido un mito, lo se, pero es que lo que he comido este verano no es normal... Al final creia seriamente que tenia una solitaria o algun campamento de rumanos instalado en mi estomago (daba para eso y para más!).
Y esas siestas maratonianas que nos pegabamos luego, no ayudaban en nada a la digestión, es más, creo que mi aparato digestivo al completo está realmente cabreado conmigo despues del maltrato al que ha sido sometido durante 23 dias consecutivos y sin tregua.
Pero joder... que bien me lo he pasado!
Y sin tener que irme a más de 150 km de mi casa, sin tener que coger aviones, ni trenes, ni llevar diccionarios para que me pongan una clara...la hostia vamos!
Barato no voy a decir que me ha salido, que tanta comida se tiene que pagar, y las comodidades tambien, y carillas además, pero valen la pena, que narices.
Creo que le hemos pillado el truquillo al tema, y para el año que viene ya sabemos más o menos el plan que llevar: EL MISMO, obviamente.
Quizás cambiando algún detalle, por no ser más repetitivo que el ajo y tener nuevas experiencias, pero dejando el mismo fondo, la misma esencia, el mismo rollito vamos.
Y mira que nos hemos reido, eh? he pasado unas vacaciones cojonudas sin duda.
Y por que? Porque yo lo valgo.
Ahora solo queda revelar las mil quinientas cuarenta y tres fotos que hice, terminar con la montaña de ropa de plancha que me sigue esperando en casa (y yo la sigo esquivando), hacer las paces con mi flora intestinal, comprarme un tapa ojeras mas potente que el que tengo y lo más importante: Pensar ya en la siguiente, en todas las que faltan, vacaciones, salidas, escapadas, cenas, comidas, días... todos esos momentos que tanto valen la pena.